Servicio de lanzadera gratuita hacia Salerno

El Hotel Olimpico es uno de los pocos hoteles de Salerno con servicio de autobús gratuito ida y vuelta hasta el puerto y la estación de Salerno, desde la que salen trenes y ferris hacia la Costa Amalfitana, Positano, Capri y Pompeya.

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La historia que vuelve a la luz

En el 79 d. C., una histórica erupción del Vesubio enterró completamente a Pompeya bajo una capa de cenizas y lapilli de casi 7 metros.

Esta erupción transformó a Pompeya en el más increíble testimonio de vida del Imperio Romano y en uno de los yacimientos arqueológicos más visitados de todo el mundo.

Hoy, paseando por las calles de esta ciudad fantasma, se percibe una atmósfera onírica y conturbadora que fascina y encanta.

Una emoción que vale la pena vivir por lo menos una vez en la vida. Será como viajar en el tiempo, zambullirse en la vida pública y privada de hace miles de años.

En verano, la Dirección General de Arqueología de Pompeya, en colaboración con la Región de Campania y la Junta de Bienes Culturales, organiza paseos nocturnos por las excavaciones.

A lo largo del recorrido se desvelan los lugares más sugerentes de la Pompeya nocturna, acompañados de la vehemente música de Ennio Morricone. Un espectáculo multimedia reconstruye las dramáticas fases de la erupción.

La mayoría de los habitantes de Pompeya, sorprendidos por el Vesubio, huyeron, encontrando la muerte en el litoral.

Los pocos que se quedaron, con la vana esperanza de salvarse en los sótanos de las viviendas, murieron asfixiados, y los calcos de sus cuerpos en agonía, obtenidos al colar yeso líquido en las cavidades dejadas por los cuerpos en la capa de cenizas, son un conmovedor testimonio de la tragedia.

El aspecto más sorprendente de Pompeya es su elevado número de casas, lujosas o humildes, conservadas junto a los talleres, las tabernas, las panaderías, con sus objetos y restos de uso común.

El Foro era el centro vivo de la ciudad: una gran plaza rectangular pavimentada con travertino y cercada en tres de sus lados por un soportal.

A la plaza dan el Capitolium, dedicado a Júpiter, el Templo de Apolo, construido alrededor del s. III a. C. y formado por un pórtico con 48 columnas jónicas, y la Basílica, el más importante de los edificios públicos, sede del tribunal y centro de la vida económica.

Al Foro también dan el Templo de Vespasiano, dedicado al culto imperial, los graneros en los que se recogían los cereales para su venta, y el macellum, el mercado cubierto de géneros alimentarios frescos como carne y pescado.

Cerca también se encuentran Las Termas del Foro, divididas en sección masculina y femenina, con calefacción central en común.

La arteria más importante de la ciudad era la Via dell’Abbondanza, repleta de talleres artesanales, tabernas, posadas y tintorerías. En esta calle también se ubicaban las Termas Estabianas, las instalaciones más antiguas de Pompeya, así como el lupanar, el burdel de la ciudad, un edificio de dos plantas cuyo propósito era revelado por unas pinturas eróticas explícitas y unos grafitis.

Entre las viviendas conservadas, la casa del Fauno es la más bonita, por la elegancia de su arquitectura y por los famosos mosaicos que la decoraban, como el que representa La batalla de Alejandro y Darío, una obra maestra que en la actualidad se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles. La Casa dei Vettii, admirada por los espléndidos frescos que decoran sus paredes, pertenecía a dos mercaderes, Aulo Vettio Restituto y Aulo Vettio Corniva. De la casa de Menandro, que debe su nombre a una pintura que representa al comediógrafo griego, procede una riquísima colección de enseres de plata de calidad excepcional que en la actualidad se conservan en Nápoles.

Uno de los edificios más importantes de Pompeya es la Villa de los Misterios, famosa sobre todo por sus pinturas, como el majestuoso fresco que da nombre a la casa, con veintinueve figuras a tamaño natural que representan una escena de iniciación al culto dionisíaco o a los misterios órficos en colores vivos sobre fondo rojo.

Un epígrafe demuestra que el anfiteatro es el más antiguo de los que conocemos, donde se celebraban juegos entre gladiadores y luchas con animales. Junto a él está ubicada la Palestra Grande, construida bajo el mandato de Augusto y utilizada para practicar ejercicios gimnásticos.

Especialmente emocionante durante la puesta de sol es una visita a la Vía de los Sepulcros, la carretera flanqueada por monumentos fúnebres que conducía hacia Herculano.

Fue Giuseppe Fiorelli, en 1860, quien condujo las excavaciones más exhaustivas que sacaron a la luz la ciudad. A él se debe el recurso de vaciar el yeso líquido en los huecos dejados en la capa de cenizas para obtener las huellas de aquellos que encontraron una muerte repentina durante la erupción. Así se nos ha permitido conocer, ver todo el horror de esta tragedia y darnos cuenta de su rapidez. La ciudad está llena de recuerdos: lápidas, inscripciones, grafitis en las paredes. Toda la vida cotidiana de Pompeya, la propaganda electoral, las cuentas apresuradas de un mesonero, el mensaje de amor de un enamorado, los ánimos a un gladiador, la podemos encontrar sobre una pared de piedra o sobre un pedazo de mármol.

Esta ciudad tiene algo mágico y misterioso. Su regreso a la vida, el hecho de mostrarse ante nosotros tal y como murió, detenida para siempre en un instante cualquiera de su jornada, es lo que la hace no solo más bella, sino sin duda más humana y conmovedora.

Solo en el Hotel Olimpico

  • Acceso gratuito a la playa y a la piscina
  • Aparcamiento gratuito
  • Lanzadera gratuita hasta el puerto y la estación de Salerno

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